El otro día, una amiga me envió esta historia por email.
Un hombre andaba por las Ramblas de Barcelona cuando se encontró una lámpara. La recogió y la frotó hasta que apareció un genio. El genio
dijo, "Vale, vale. Me has sacado de la lámpara, bla-bla, bla-bla... Pero esta es la cuarta vez que me sacan de la lámpara este mes y estoy hasta los huevos de vuestros puñeteros deseos así que olvidate de los tres deseos. Sólo te concederé uno!"
El hombre se sentó en un banco y pensó durante un rato.
Finalmente dijo, "Siempre he querido ir a Nueva York, pero me da miedo el avión y en barco me mareo. ¿Podrías construirme un puente hasta Nueva York para que pueda ir en coche a visitarla?"
El genio rió ruidosamente y dijo, "Eso es imposible. Piensa en la logística monumental necesaria para construirlo! Y cómo conseguiremos construir los soportes hasta el fondo del Océano Atlántico, a 10 km. El acero y cemento que serían necesarios. Estás hablando de un puente de 10.000 km de largo. Y habría que poner gasolineras cada 100 km . Piensa en las infraestructuras. Es imposible. Piensa en otro deseo. Este no puede ser".
El hombre lo comprendió, se sentó de nuevo a meditar y busco un deseo realmente bueno. Finalmente, el hombre dijo: "He estado casado y divorciado tres veces. Mis mujeres siempre han dicho que no me preocupo y que soy
insensible. Así que deseo poder entender a las mujeres. Quiero saber como se sienten por dentro. Quiero saber que están pensando cuando me miran en silencio. Quiero saber por qué gritan y porque lloran y qué quieren realmente cuando dicen "No pasa nada". En realidad, lo que más quiero es saber cómo puedo hacerlas realmente felices."
El genio le mira sorprendido y le pregunta:
"El puente ... ¿lo quieres de dos o de cuatro
carriles?".
Gracias, Merche.
S.
15 de febrero de 2006
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1 comentario:
Del puente prefiero ni hablar, pero lo de doblar camisetas me ha impactado.
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