27 de julio de 2006

Blogoterapia (2) - Ansiedad

Como por algún sitio tengo que empezar, pues empiezo por la A de Ansiedad (vaya excusa más tonta).

La ansiedad es un estado en el que antes entraba con bastante frecuencia, ante muchas situaciones que diferían de mi forma de ver las cosas. O ante un día que una vez planificado se me iba todo al carajo. O cuando hacía números y preveía el futuro de la empresa...

Es un estado provocado por otras cosas. La ansiedad es una consecuencia. La causa son cosas tales como la rigidez, la falta de empatía, el sufrimiento inútil, el preocuparse de las cosas antes de tiempo... De estas cosas ya hablaré en su momento.

Por ahora sólo decir que en lo que a la ansiedad se refiere (que nadie se lleve a error, que ni he estado al borde del infarto ni he sido un caso clínico ni nada parecido) es un fenómeno que he aprendido a manejar bastante bien en estos 10 meses.

Como en cualquier cosa, tengo altibajos (infinitos más "altis" que "bajos" ;-) ), días que estoy más susceptible y días en los que ya puede pasar lo que sea que soy como un mar en calma. Estoy muy satisfecho de los progresos que he hecho en esta área. A pesar de ello, en alguna ocasión, como me conozco, cuando lo veo llegar, pido distancia a los más cercanos, que me dejen estar solo un rato, para calmarme y para poder reflexionar, dado que ser consciente de una situación es el primer paso para corregirla. Esta distancia, esta soledad que reclamo para mí, sé que a algunos de mis más allegados no les gusta, pero es necesaria.

Como veis es difícil hablar de una sola cosa sin sacar otras. Procuraré que no se quede nada en el tintero.

Sé que estáis ahí, aunque no comentéis. Gracias :-)

24 de julio de 2006

Blogoterapia (1)

Hace unos siete meses comencé este blog con un tono de entretenimiento que se ha ido convertiendo en un tono personal.

Comienzo aquí una serie de entradas de carácter más personal todavía. Las quiero utilizar para poner en orden mis ideas respecto a algunas cosas.

Para presentar estas entradas lo primero es ponernos en situación.

Me llamo steinkel, tengo 30 años, soy ingeniero industrial, aunque una vez terminada la carrera me di cuenta de que lo mío no era la oficina técnica, sino el contacto con la gente, así que allá donde he trabajado han sido labores comerciales de mayor o menor responsabilidad (incluyendo una empresa propia).

En el plano personal, la sociabilidad que tengo en el terreno laboral no existe, ni mi locuacidad, ni mi empatía... resumiendo, estoy mocionalmente poco desarrollado.

Voy a tratar de dedicar estas entradas de forma monotemática a una de las áreas de mejora en las que estoy trabajando.

Todo este trabajo lo comencé hace unos 10 meses, cuando en la empresa, que por aquel entonces ya no iba bien, la crisis personal entre mi socio y yo estalló. Antes en él que en mí. Yo, viendo lo que podía suceder, decidí poner remedio antes de llegar a ese momento de crisis.

Espero que estos párrafos hayan servido (al menos algo) de introducción. A partir de la próxima blogoterapia ya me pondré más trascendental. No os pido que me comentéis. Lo único, que si lo hacéis, lo hagáis en serio, que son cosas para no tomrlas en broma.

Un saludo a todos. :-)

19 de julio de 2006

Las lavadoras inteligentes

El otro día me echaba unas risas con una persona hablando de cómo alguien que conocía, hasta hace no mucho, cuando ponía una lavadora, sólo hacía el lavado y el aclarado, y después sacaba toda la ropa chorreando, y tal y tal.

La persona que me esté haciendo vudú (ver entradas anteriores) decidió ayer cobrarse su venganza en forma de lavadora cabreada. Pongo como hago siempre la lavadora, pero la cuestión es que sin terminar el aclarado decidió morir. La estampa me recordaba bastante a la que relato arriba, solo que yo encima tuve que terminar de aclarar a mano como pude una lavadora completa, y aún así al colgarla tenía una ligera textura a detergente.


Ahora me toca hablar con el técnico, ya que, por supuesto, el agua que quedó en la lavadora no se va por los medios que debería sino por medios forzados. Y ya no hablemos de que no se pueden poner más lavadoras.

14 de julio de 2006

Soy papá

Hace dos días, el miércoles, fui papá de un precioso niño.

Pesa algo más de 1200 Kg y mide algo menos de 420 cm. Su pelo es azul, como los ojos de su padre, y su carácter parece que también ha salido a mí.

Vamos, que tengo coche nuevo. Espero que aunque el curro nuevo no me convence, dure hasta que encuentre algo mejor, que esto de meterse en un crédito ahora es lo que tiene...

Ahora tengo que darle la mejor educación posible... que con el carné por puntos no es cosa de broma, por lo menos hasta que veamos cómo de duro juegan al aplicarlo.

12 de julio de 2006

Pensando en el trasbordo

Cuarta semana D.C. (de curro).

Es el tiempo que ha sido necesario para que me dé cuenta que mi sitio no es este. Que aquí estoy desaprovechando lo que puedo hacer, que este en un trabajo que quema al más pintado (incluso cuando hace fresquito), que de lo que parecía a lo que es hay un trecho, que en estas semanas no me siento parte del grupo (ya sé lo que dije el otro día, entonces me refería de modo profesional, ahora de modo personal).

En definitiva, siento que este es un trabajo de paso. Voy a cumplir bien, porque yo soy así, pero ya estoy perfilando mi futuro en otro trabajo. Algo un poco más acorde a mis expectativas.

Cuando sepa más os iré contando. :-)

10 de julio de 2006

Alguien me hace vudú

Con lo bien que iban las cosas el viernes... y el fin de semana (anécdota incluida que os cuento a continuación), hoy parece que alguien me está haciendo vudú o me ha echado mal de ojo.

Bueno, lo del viernes ya lo sabéis, es lo que puse en mi anterior entrada.

Lo del fin de semana (viernes tarde):

Así que vamos un colega y yo por ahí, cada uno con su coche, y casualidades de la vida, allá donde vamos, encontramos sitio para aparcar (cosa realmente casi imposible dada la zona donde íbamos), aunque no eran aparcamientos perfectos. Él dejó su coche en zona de OTA (aparcamiento limitado y de pago, en cada ciudad se llama de una manera) y yo, en la calle paralela, a la misma altura, en prohibido aparcar.

Bueno, pues nos dieron las tantas y a la vuelta su coche tenía multa, y eso que estaba medianamente bien aparcado, sólo había excedido el tiempo de estacionamiento, y el mío no, y eso que estaba al ladito.

Conclusión: en caso de duda, déjalo mal aparcado de verdad, no hagas lascosas a medias.

Lo de hoy:

El día ha sido horrible. Las visitas horribles. Había quedado con una persona y después de 40 minutos de espera, me ha evitado y al final no me ha atendido... y para colmo, ahora en casa, va y se me cae el reloj (que parece muy pequeñito, pero no) y se me cae en el dedo gordo del pie, el mismo sitio donde el otro día me di un golpazo que vi las estrellas más cerca que las naves espaciales o los telescopios.

Tendré que tomar medidas...

7 de julio de 2006

Reconocimiento del trabajo

Van ya tres semanas en el nuevo trabajo.

Hoy, no por vez primera, y gracias a cómo me ha respondido mi jefe una pregunta que le he hecho, y a cómo me ha saludado al marcharme a hacer las visitas del día, siento que mi trabajo está siendo reconocido.

Son detalles mínimos, que no se miden económicamente, sino en la manera en que uno es tratado. Voy ganando poco a poco su respeto, voy siendo tratado no como un igual (es mi jefe, no quiero que me trate como un igual), pero sí como alguien que ya pertenece a la familia, que ha pasado la prueba.

Lógicamente, aún queda tiempo de prueba en mi contrato, pero las cosas pintan bien.

Farala sigue haciendo de las suyas, pero ya le tengo cogida la medida, ahora hasta me permito ciertas licencias para conocer la evolución de su trabajo sin que ella conozca el mío (o eso creo, que aquí todos somos muy cabrones y lo nuestro es una lucha directa).

Algún ente divino la castigó durante el pedrisco del otro día y le destrozó las persianas de casa y le inundó el garaje. Dios existe.

Seguiremos informando.

3 de julio de 2006

Farala: semana 1

Farala, que ya quedamos que no era divina, tiene un don. Allá por donde ella pisa va llamando a la gente... "Hola, corazón...", "Dime, pichín...", "Cielo, pónme esto ahí".

Esta última frase creo que fue la que colmó el vaso. Creo recordar que la pronunció el martes pasado. Se refería a su chaqueta. A mí, de buenas a primeras, cielo me llama mi novia (en las epocas que la tengo, claro) y los imperativos no los usa conmigo ni mi jefe. Le debí de echar semejante mirada (a pesar de ceder a cambiar su chaqueta de sitio) que desde entonces su actitud es más...como decirlo...cautelosa.

Cruzamos menos palabras, sólo las imprescindibles. No hay enemistad, pero tampoco es esa sobreconfianza inicial.

Pero llega esta mañana, y media docena de palabras que cruzan ella y el de contabilidad, me dice que es de esa parte por donde le viene el trifásico por el que ha entrado a la empresa.

Más motivos para tener muchito cuidado.

seguiremos informando.