Realmente nuestra adoración es infinita, pero no podemos dedicarle todo el espacio que quisiéramos.
Aquí el último ejemplo (por el momento, ya que nunca se sabe) de nuestra veneración por Chuck.
Recordad todos:
Mientras rodaba "Walker: Texas Ranger", Chuck Norris resucitó a un corderito, que había nacido muerto, frotando prolongadamente su barba contra la criatura. Poco después de que el animal volviera a la vida, Chuck Norris le dio una patada giratoria delante de todo el mundo, rompiéndole el cuello, para recordar a la multitud que lo que Chuck nos da, Chuck nos lo quita.
Alabado sea Chuck.
9 de marzo de 2006
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